Según las estadísticas entre el 5 y 10% de los implantes fracasan, un factor de riesgo de fracaso demostrado es el tabaco.
Los datos aportados por el informe “Cesación Tabáquica y Salud Bucal”, realizado por la Sociedad Española de Periodoncia (Sepa) y el Comité Nacional para la prevención de Tabaquismo (Cnpt), indican que los fumadores tienen entre 2,5 y 6 veces más riesgo de presentar una pérdida de los implantes dentales que las personas no fumadoras.
En términos de salud, fumar contribuye a la:
- Reducción del riego sanguíneo.
- Estar más proclive a infecciones, ya que el tabaco reduce las defensas ante bacterias.
- Puede disminuir la capacidad de cicatrización de las heridas, en el caso de que después de la intervención se produzca la apertura de la incisión de la herida, el tabaco retrasará la cicatrización y en el caso de una intervención bucal y haberse colocado injerto óseo podrá llevar a la contaminación del hueso contribuyendo a una pérdida ósea temprana.
Específicamente a los implantes dentales afecta de forma negativa de la siguiente manera:
- Disminuye la duración del implante.
- Aumenta la pigmentación amarillenta en las prótesis.
- Provoca más sarro y placa dental.
Debido a todos los efectos adversos que produce el tabaco en la cavidad oral, y específicamente sobre los implantes dentales, se recomienda la cesación total del tabaco, en el caso de no ser posible, mínimo una semana antes y varias semanas después de la colocación del implante.